jueves, 26 de diciembre de 2013

PUDIERON IMPEDIRLO

 

Saludos.

El pasado 18 de diciembre, el diario andalucíainformación.es, en sus páginas dedicadas a Sevilla y firmado por D. Nicolás Salas (26/11/2013), publicaba un interesante artículo titulado “…Y pudieron impedir el 18 de julio de 1936” que invito a leer detenidamente.

Por si tienen alguna duda sobre la personalidad del Sr. Salas, pueden visitar su blog personal o leer de sus cualidades en la Wiki. Sospecho que estaremos de acuerdo en que puede ser uno de los personajes mejor documentados sobre la Guerra Civil española y sus inicios en Sevilla.

El artículo en cuestión muestra una fotografía ya conocida y reproducida infinidad de veces…

8 golpistas

…en la que están perfectamente “retratados” algunos personajes de importancia capital en el alzamiento criminal de 1936. Especialmente éste:

Cuesta-1Cuesta-2

Junto con otros (vean la lista completa, de momento, en “La peña del pollo” o en “Tertulia bética I y II) para que si aún no lo han leído, se hagan una idea de quiénes estamos hablando.

Dirán (con y sin razón) que ya está el Algarivo éste con sus batallitas de siempre, pero como siempre también, otros levantan la pieza y hay que salir al paso. Otra vez.

En una serie de cinco capítulos, mi estimado D. Alfonso de las Tablas Verdes (ya me ha identificado en una fotografía en Twitter, seguramente asesorado por terceros, en la que aparecemos leyendo el libro de Carlos Romero que, además, tendrá ya o lo hará pronto), se despacha, otra vez, con la irresistible figura de D. Ramón Sánchez-Pizjuan. Ahí es nada.

Un día, cualquier día, se hablará de éste:

Villamarín

O de éste otro:

Jaramillo

No les gustará, D. Alfonso, aunque usted (ustedes) volverán a mirar para otro lado y se inventarán otro castillo de artificios que oculte, que distraiga para no responder.

Y en concluyendo la serie (creo), pretende atribuirle a D. Ramón valores tales que al señor de las fotografías de arriba, el de la gafas redondas, por lo menos y al que se sienta a su derecha en la de grupo. Grupo, por cierto, en el que no distingo a ningún palangana, dicho sea de paso.

D. Alfonso, se está “carmonizando” por momentos. Le recuerdo que en los años que estuve colaborando directamente con el Área de Historia del Sevilla F.C., nadie, me consta, tuvo nunca intención de mostrar toda la bazofia fascista de 1936 y sus conexiones directas con el Real Betis. Nadie. Y le recuerdo también que, otra vez y al estilo Carmona, usted emitió una serie titulada “Lo que no cuenta la Palangana” en la que pretendía equiparar las implicaciones de los directivos mutuos en la tragedia, de la misma forma que su mentor hizo el espantoso ridículo con las fechas de inscripción en el Registro Civil.

Perdió Carmona y ahora pierde usted.

Y pierde porque se enfrenta a hechos históricos (y usted sabe de esto) sin contestación alguna; porque aún deben asumir su pasado oscuro (airearlo, sanearlo y decir que aquello pasó, es historia y punto) antes que buscar pajas en ojos ajenos: porque tienen que explicar a los suyos que décadas de mentiras eran eso, mentiras, inventos fruto de la impotencia; porque nacieron para combatir al Sevilla F.C. y siguen siendo el segundo Equipo (a mucha distancia) después de más de cien años (concedamos); porque habrán de pasar décadas para que, siquiera, nos igualen deportivamente o como Club…

…y porque tienen la infeliz idea de tratar de jugarle de tú a tú al, probablemente, mejor Equipo de Investigadores de fútbol de Europa. Probablemente porque nacieron para combatir al Área de Historia del Sevilla, a los Guardianes de la Memoria. Hagan su propia lectura.

En su serie, D. Alfonso, muestra un montón de “actos institucionales” (con seguridad sugeridos de forma “obligatoria”) del Sevilla F.C. en los años inmediatamente posteriores a la guerra (guerra que, por cierto, no terminó del todo hasta mucho más tarde porque aún se combatió en los montes, con los guerrilleros y el maquis). Actos Institucionales, discursos adecuados al momento y las circunstancias, declaraciones de adhesiones… desde fuera, D. Alfonso. En la periferia porque el poder (el real, el de las pistolas, el de la vida y la muerte) lo ostentaban otros. Entre esos otros, los tipos de la foto de cabecera. Y el de las gafitas redondas con gran ahínco y dedicación. Directivo bético dicho sea de paso.

¿Ésa es su respuesta a La Palangana de la misma forma que sacaron lo de la Sanjurjada?

¿No le parece un poco pobre, cogida por los pelos, magnificada artificialmente?

Habla de las influencias del Sevilla en la Federación y en los órganos gestores del fútbol en Andalucía sin advertir que, curiosamente, está admitiendo la importancia de ambos clubes. Olvida, sin embargo, que a pesar de las conexiones con el Poder, ustedes fueron siempre los segundos en todo. ¿No les sorprende eso? ¿No les llama la atención? ¿Qué hicieron mal para no aprovechar el “tirón” de la guerra y sus directivos golpistas incrustados en el Gobierno del dictador?

Curiosa paradoja que D. Ramón Sánchez-Pizjuan tuviera que adherirse a los golpistas béticos. Me hago una idea cierta de lo que tuvo que pensar el personaje, en más de una ocasión, y sus conclusiones internas en comparando la marcha de los clubes.

Dígame, por favor: ¿qué grado de influencias le atribuye usted al Real Madrid y al Barcelona (especialmente el primero) en la RFEF, en el Estamento Arbitral y en la LFP? Cuando nos acusa de tener ésas influencias en la Federación Regional… ¿está diciendo que somos el Equipo poderoso del Sur?

Admítalo y hágalo desde siempre, desde el principio. Y no mienta: usted querría haber ocupado ése lugar históricamente y es la envidia lo que le impulsa a acusarnos por no poseer ése “oscuro objeto del deseo”. Pero los hechos son los que son y fueron los que fueron.

Lo de 1936 y años posteriores fue demasiado profundo e importante como para echarle un poco de tierra encima, mirar para otro lado y distraer al personal con decorados de cartón. Eso de “miren al pajarito” es demasiado antiguo, pasado de moda y agotado por el uso y el abuso. Pero cuando se sienten impotentes, recurren una y otra vez a la distracción sabiendo, como saben, que no pueden engañarse a sí mismos aunque aún haya algunos que se dejen embaucar. Interesadamente o porque no alcancen otras luces.

Puedo admitir que el peso de su pasado sea inmenso, D. Alfonso, pero nunca debió provocar que otros sacaran los fantasmas del pasado porque es innoble. Deja mucho que desear que pretenda que los del Área del Sevilla sean los “chicos malos”, que usted se inhiba de sus responsabilidades históricas y que proyecte sus espectros en el vecino con un argumentario tan exiguo.

No, D. Alfonso, todos no somos iguales ni lo fuimos nunca. No podemos pretender equipararnos en delitos pasados porque no hay punto de comparación. Ni quitarle importancia a los hechos. Ni sentirnos tan sensibles con nuestros pecados y tan virulentos con los de los demás… sobre todo cuando hay que inventar para mantener la falsedad, ahora revestida de profundos y sesudos estudios históricos.

Siguen mintiendo por inercia ancestral de manera compulsiva e infantil.

Y recuerde, por favor, que a ustedes los hicieron del pueblo, oprimidos y de izquierdas en Moscú, lejos de la Bӕtica y en 1946. Dicen.

Cuidaros.

SEVILLA F.C. DESDE 1890

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