miércoles, 4 de diciembre de 2013

CHINOS Y GOURMETS

 

Saludos.

Es una sensación rara, contradictoria; un desequilibrio manifiesto que aún siendo gratificante por la parte que me toca, no deja de producirme cierto desasosiego, me desconcierta y me obliga a cuestionarme la generosidad básica con la que estimo a todo el mundo… hasta que me siento traicionado, hasta la desilusión, hasta que topas con el límite de la tolerancia que se nos supone a los seres civilizados. Incluso en asuntos de relativa importancia.

Uno, por suerte, ha podido comer en restaurantes chinos y en otros para gourmets (las menos veces, por cierto). Uno ha aprendido a diferenciar las cualidades y calidades de ambas cocinas, de sus productos y elaboración y como no, de sus precios. No hay color aunque sea capaz de atribuirles sus valores a cada una de ellas.

No obstante, me atrevo a considerar (sin ningún dato científico que me avale), que las clientelas han de ser, forzosamente, distintas. Y lo digo en el sentido más abstracto de los términos, en el más teórico aunque haya, de todas formas, diferencias crematísticas sensibles. Éstas no son, precisamente, los mejores indicadores posibles aunque tengan su peso específico.

Pero como ésas diferencias son tan notables, tan de base, tan perceptibles, me va a resultar imposible pensar en lo que podríamos llamar “cocina de fusión”. Utópico en el peor sentido del término.

D. Rafael… ¿de verdad quiere que pensemos que fue la “avaricia y el histrionismo” de alguien que usted abortó la posible “fusión” de historiadores sevillanos? ¿De verdad? ¿No se engaña a sí mismo y pretende engañar a los demás?

¿Otra vez proyectando sus demonios internos en el otro?

“Entre estos personajes recuerdo a uno, sobre el que decidí en su momento perder todo tipo de nexo y relación, precisamente porque cuando parecía que iba a entrar en ese juego me di cuenta de lo avaricioso e histriónico que a veces resulta el ser humano en ámbitos de los más insospechados, como es el de la Historia del fútbol.”

Usted sabe tan bien como yo (aunque lo oculte convenientemente) que de haber habido lo que tan generosamente se concedió desde el lado sevillista (1905 y 1907, sin discusiones), nada hubiera podido impedir el análisis profundo de toda la Historia de ambos clubes. Nada y en ningún aspecto. Hubiéramos tenido que dejar sobre papel su pasado y el nuestro con todos sus personajes, sucesos y hechos y en todas las etapas. Incluso en el año 1936, en julio, cuando un considerable número de fascistas participaron, de forma directa y sangrienta, en el golpe de estado militar que derribó la II República. Todos ellos miembros del Betis. Miembros y directivos del Betis.

D. Rafael, usted sintió pánico de tener que contarle a los suyos que el pasado, ése pasado construido sobre falsedades sin límite, fue de otra forma; que tendría que desmantelar, con el riesgo cierto que eso le hubiera supuesto, décadas de justificaciones fraudulentas, malintencionadas y falaces sobre las que basaron su victimismo; que hubiera debido enfrentarse al despropósito que significaba decir a los propios: somos los segundos en todo por deméritos propios.

Y ahora, cuando puede revertir todas ésas falsedades, prefiere, otra vez, huir hacia adelante. Otra vez y de nuevo, son los otros los malos porque ya no le es posible reconstruir su pasado y antes que ser honrado consigo mismo y con los demás, prefiere dejarse arrastrar por la corriente, las mentiras que oculten sus miserias.

Aquello, que pudo haber sido hermoso, nació muerto, D. Rafael, porque usted no podía permitir que la criatura saliera adelante.

Su restaurante chino tiene una clientela muy poco exigente.

De la misma forma, D. Rafael, nos encontramos en otro lugar, en otra ventana verde, en otro sitio hermano suyo en el que de manera infantil, asistimos atónitos a un despliegue de… ¿qué?

Es el sitio de D. Alfonso, el sitio en el que convendría, a modo introductorio y para contribuir a la cultura y conocimiento general (especialmente en campo propio), aclarar el significado del adjetivo “liberal”.

Me temo, D. Alfonso, que ni siquiera usted, que tan alegremente escribe sobre ello, sepa lo que realmente significa. Ni siquiera usted, historiador, comprende (no puede porque se queda huérfano de argumentos) que el sentido de liberalidad es consustancial a la Historia misma del Sevilla Football Club. Usted lo sabe, por cierto, aunque intente ésas maniobras ingenuas de “poner en marcha el ventilador”. No resiste. No tiene premisas suficientes y eleva a la categoría de hecho fundamental lo anecdótico, lo superficial, lo irrelevante. Se queda en el decorado.

Usted, D. Alfonso, perdido en la impotencia de responder al fuego del contrario, prefiere ocultarse en su trinchera y esperar que pase el chaparrón, sabedor de que su armamento no es suficiente ni adecuado. Sabe que pierde y por eso construye un escenario… lamentable, de risa aunque esa lamentable imagen alimente a muchos de los suyos.

¿De verdad, D. Alfonso, que pretende “negociar” los roles de sus directivos confrontándolos con los nuestros? ¿De verdad? ¿No siente reparo alguno? ¿Incluso vergüenza propia?

Nos habla de 1939 cuando aún humean las pistolas. Nos habla de un régimen en el que los disidentes están vencidos, encarcelados, muertos, fusilados o en el camino del paredón y decenas de miles en el exilio por acciones de, entre otros, muchos de sus directivos. Nos habla de discursos, actos institucionales, homenajes inquebrantables… ¿qué tiene tan sólido para oponer a “La Peña del pollo” o a “La tertulia bética”? ¿Eso que cuenta de Sánchez-Pizjuan son sus poderes? ¿Ni una sola referencia al abrumador despliegue de La Palangana?

¿Nada que añadir a lo que cuenta la Palangana?

¿Su defensa se basa en atacar con piedras a los blindados? ¿Y además le aplauden algunos “palmeros”?

Tampoco su clientela es muy exigente, D. Alfonso, cuando apenas se conforman con los “rollitos de primavera”. Ya ni sushi, Sr. del Castillo y me temo que el postre pueda ser “talta de la casa”. De pistacho, espero.

Perdieron su oportunidad; perdieron la ocasión de limpiar el pasado, de hacerlo creíble, de asumir que el Club Grande de Andalucía no es el suyo y aunque duela, aceptar que hay otro por encima desde hace más de un siglo.

Pero insistirán en ésa loca carrera a lo desconocido y como casi siempre, esperarán temerosos que sus “triunfos” sean desmantelados, triturados y molidos por otros, si no ridiculizados.

El “manquepierda” nunca tuvo más sentido, señores.

esc21905

Cuidaros.

SEVILLA FOOTBALL CLUB SINCE 1890

2 comentarios:

Alex dijo...

5-1, 4-0, Sanjurjo, y los que les quedan...
Tantos años escupiendo para arriba, es lo que tiene.
No llegan ni a Kebab...
Un abrazo compañero!

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos, Alex.

En efecto, nunca querrán reconocer que como pinches están bien, pero que no se acerquen a los fogones o nos hunden el negocio.

Un abrazo y nos vemos pronto.