domingo, 17 de noviembre de 2013

BENVINGUTS

 

Saludos.

NOTA PREVIA: Pido disculpas si aburro con éstas historietas, nunca mejor dicho, pero deben tener en cuenta que cuando uno concluye que ya tiene más pasado que futuro, es inevitable (y a todos llegará) echar mano de aquellos episodios que te hicieron más grata una infancia no demasiado feliz. Me tomo, además, la libertad de nombraros “nietos virtuales” habida cuenta de que no los tendré de forma biológica y vosotros habréis de ser los depositarios de mis “batallitas” Disculpas y siempre podréis dejarlo a la mitad y buscar algo más interesante que leer.

Tengo un joven compañero de trabajo (insultantemente joven), que contra todo pronóstico (con perdón) es inteligente, trabajador, buen profesional, serio y formal. Pero además, tiene la virtud de ser un fan profundo y documentado de la música de los sesenta, setenta y ochenta (rara avis), que escucha, escuchamos con deleite, todo el tiempo de trabajo.

Lógicamente y por edad  (un tercer compañero y yo), conocemos muchos más grupos que él y de vez en cuando le recomendamos algunos de ellos. Y como es un tipo noble y generoso, no se corta en exclamar “qué cantidad de música me estáis enseñando”. Es tela de buena gente, que se dice.

El otro día me entretuve en rebuscar en mis archivos (físicos e informáticos), algo que pudiera sorprenderlo en forma de sonido de aquellos tiempos que él no vivió. Sin embargo y como casi siempre, un hilo de la memoria que sabes como empieza, termina donde ella quiere. Es caprichosa.

Y así, de pronto, me reencuentro con éste tipo…

JAUME SISA

…que me supuso un descubrimiento rompedor allá por los setenta. Es Jaume Sisa y hacía cosas como ésta  y aunque Álvaro Llanes nunca llegue a colocarlo en sus magníficos artículos, a mí me parecía extraordinario entonces y me lo sigue pareciendo hoy.

Hace una noche clara y tranquila,
hay una luna que da luz.
Los invitados van llegando
y van llenando toda la casa
de color y de perfumes.
He aquí a Blancanieves, Pulgarcito,
los tres cerditos,
el perro Snoopy y su secretario Emilio
y Simbad,
Alí Babá y Gulliver.


Oh! Bienvenidos, pasad, pasad.
de las tristezas haremos humo.
En mi casa es vuestra casa,
si es que hay casa de alguien.


Hola Jaimito! Doña Urraca!
En Carpanta y Barba-azul,
Frankestein y el hombre lobo,
el conde Drácula y Tarzán,
la mona Chita y Peter Pan.


La señorita Marieta del ojo vivo
viene con un soldado.
Los Reyes de Oriente, Papá Noel,
el Pato Donald y Pascual.
La Pepa Maca y Superman.


Buenas noches señor King Kong,
señor Astérix y Taxi Key,
Roberto Alcázar y Pedrín,
el Hombre del saco y Patufet,
señor Charlot y Obélix.


Pinocho viene con la Moños,
cogida de la mano,
está la mujer que vende globos,
la familia Ulises
y el capitán Trueno en patinete.


A las doce han llegado
el hada buena y la Cenicienta
Tom y Jerry, la bruja Nublina,
Bambi y Moby Dick,
y la emperatriz Sissí.


Mortadelo y Filemón
y Guillermo Brown y Guillermo Tell
la Caperucita roja
el lobo feroz,
el caganer, Cocoliso y Popeye.


Oh! Bienvenidos, pasad, pasad.
Ahora ya no falta nadie,
o quizás sí, ya me doy cuenta que sólo
faltas tú ...


También puedes venir si quieres.
Te esperamos, hay sitio para todos.
El tiempo no cuenta ni el espacio ...
Cualquier noche puede salir el sol.

Era, como dice mi estimado amigo el Sr. Peabody, un mensaje “inter-legere”, subliminal, contra el franquismo, en aquella época en que todos teníamos un solo enemigo.

Pero el aluvión de recuerdos me trajo a la memoria, inevitablemente, ésos personajes que cita Sisa y que junto con otros muchos más, poblaron mi infancia. Un día, mi madre se quejó a mi padre de que yo dedicaba poco tiempo a los estudios y demasiado a los tebeos. Mi padre me recriminó, lógicamente. Sin embargo, capté una frase que le susurró a mi madre “sotto voce”:

-No te preocupes demasiado  -profetizó- porque después de los tebeos vendrán los libros.

Los libros llegaron, muchos, a cientos y sin solución de continuidad. Me era fácil sumergirme en la imaginación de los otros para construir la mía.

De la misma forma, recuerdo las primeras imágenes que vi en televisión…

rin tin tin photo

…en aquella serie empalagosa (lo se hoy y no lo sabía entonces) que se llamaba “Rin Tin Tin”. La pantalla pequeña, la “caja boba” que me descubrió mundos insospechados, que  atiborraron la imaginación de un niño imaginativo y que prendió para siempre aunque luego, solo un poco más tarde, decidiera que la “pantalla grande” era mucho más gratificante.

O el primer serial radiofónico, en aquella radio de galena que no consumía electricidad, bajo el sugerente título de “Diego Valor”…

DIEGO VALOR

…y que supuso un anticipo patrio, cutre y casposo, de lo que luego llovería desde Hollywood y que se llamó “ciencia ficción”.

Pero he hablado de los “tebeos” y ahí, como me hace recordad Sisa, estuvo la clave principal…

TBO

…donde comenzó todo porque ésa publicación prestó nombre genérico a lo que luego se dio en llamar (las cosas de la colonización del imperio), “comics”.

Porque la lista es larga, densa y variada y yo ya sabía leer (mi padre) mucho antes de la edad obligada para asistir al colegio donde se supone que debían enseñarme:

CapitanTrueno

El grupo Asfalto, años más tarde, crearía éste magnífico tema que no me resisto a mostrar:

Grande Asfalto.

Pero sigamos en el recuerdo porque la nómina, como decía, es larga y, miren por donde, me gustaban todos, los leía todos y a la afición a la literatura, se me prendió también el gusto por el dibujo. Y no era malo en el trazo a lápiz o carboncillo. No puedo observar un orden cronológico porque no tengo certeza de en qué momento conseguí ésos tebeos aunque los tuve ciertamente:

DDT

COSACO VERDE

EL CACHORRO Y LA HIJA DEL TRUENO

ElJabato

Jaimito

Eran, como verán, una mezcla de supuesto patriotismo en clave burda y grandilocuente, humor intranscendente (ñoño la mayor parte del tiempo) y hasta alguno que se atrevía a camuflar críticas, disfrazadas de chorradas para niños, como más tarde aprendimos del genial Berlanga y sus maravillosas mil formas de saltarse la férrea censura franquista.

Ya a punto de alcanzar el “glorioso” estado de la adolescencia, donde aún no has dejado de ser niño y aún te falta mucho para ser adulto, aparecen los duros, los de guerra pura que tanto éxito lograron en una sociedad militarizada hasta en la cama.

Cap. Gorila

HAZAÑAS BELICAS

Hasta que sufrimos un punto de inflexión importante y el “tebeo” pasó a llamarse “comic”. Era más moderno. Y ahí aparece un personaje que dejó una importante duda existencial en mi mente aún por construir y que hasta más tarde no supe poner letra:

THOR

Uno había visto cuchillos, navajas, alfanjes, cimitarras, espadas, espadones y sables. Había visto pistolas, el sempiterno Colt, rifles, escopeta y ametralladoras (de mano y sobre trípode). Vi aparecer los cañones, bombas de mano, bombas aéreas, misiles, rayos láser… Por eso, uno intuía que ¿cómo era posible que un tío con un martillo fuese un héroe juvenil? ¡Un martillo! La primera experiencia con ésa herramienta doméstica me dejó un dedo como una morcilla. Increíble. O no.

Llega, desde los USA, el primer gran baluarte…

Superman

…cargado de “valores”. Prende enseguida porque un tipo que vuela, aguanta cañonazos y levanta trenes es irresistible incluso cuando lo adobaban con kriptonita. Sin embargo, siempre aparece como un perfecto gilipollas ante Lois Lane, problema de relaciones que se transmitirá al resto de superhéroes en una inexplicable carencia afectiva en tipos tan fuertes para otras cosas.

Y por fin, la Marvel Comics Group nos invade para quedarse y por siempre. Se hizo la dueña del mercado y arrasó la cutrería nacional cambiando aquellos valores por otros de igual dudosa categoría. No obstante, debemos agradecerles la calidad de sus dibujos (con bastante españoles en sus filas de dibujantes) y lo que de revolucionario tuvieron sus formas. Hollywood, más tarde, se encargaría de acabar con el papel definitivamente.

Una pequeña selección:

Capitan America

comic-spiderman

Hulk

Iron Man

Los 4 Fantásticos

Si, ya se que faltan muchos, pero tampoco conviene alargar demasiado éste ya largo artículo.

Y cuando me compré mi primer libro, fruto de mi trabajo aún siendo casi niño, que se llamaba “Robinson Crusoe” (y que aún conservo), desaparecieron los tebeos y los comics de mi vida. Creo que no he vuelto a leer ninguno completo desde entonces.

Dejemos, para el final, dos perlas:

El fantástico personaje que inventara Edgar Rice Burroughs y que se llamó “Tarzán de los monos” porque quizás fuera el que más profundamente me inspiró en mis afanes de conocer otras tierras y sus bichos.

Tarzan1

Y sobre todo, a los únicos personajes que me fascinaba realmente:

Mortadelo y Filemon

Éstos eran palabras mayores.

Gracias, Sr. Ibáñez.

Cuidaros.

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