domingo, 21 de octubre de 2012

EL CASO DE FERNANDITO

 

Saludos.

Pongámonos en situación: uno, yo, se tira horas leyendo periódicos y documentos antiguos en la pantalla; uno acaba con los ojos echando chiribitas; uno necesita desconectar un rato, un descanso, una distracción y uno, yo, toma un libro, música (buena) suave y se dedica a dejar que otros le alimenten la imaginación.

Uno está leyendo ahora una novela que, confieso, en principio no me pareció llamativa o atrayente (sinopsis de por medio), pero que descubro que me está gustando mucho. Se llama “Donde nadie te encuentre” de Alicia Giménez Bartlett. Es, cuando menos, curioso el planteamiento y está muy bien escrita.

Un ser andrógino, “La Pastora”, luchando por sobrevivir en la más dura España de la post guerra, incorporada al maquis como hombre y un cínico periodista español haciendo de cicerone a un psiquiatra francés que pretende desentrañar los recovecos mentales del fenómeno.

Fíjense en lo que cuento a continuación y sorpréndanse ahora de como se encadenan los hechos por intrincados vericuetos.

Husmeando por archivos digitalizados de las antípodas (allá donde se encendió la mecha que nos condujo a precisar nuestra fundación en 1890), me llama poderosamente la atención un recorte que habla de Sevilla y de un curioso caso ocurrido en 1906:

Trove-3

Dice, mas o menos, que un veterano policía que estuvo sirviendo durante treinta años a los gobernadores de Sevilla, se cayó en la calle y fue llevado al hospital. Allí y con gran sorpresa de los doctores, descubren que es mujer. Fernando Wisson, francés, nacido en París en 1836, había servido incluso en la Armada Francesa y emigrado más tarde a España.

Con sorpresa, sigo tirando del hilo y en la misma hemeroteca, siguen apareciendo referencias y más detalles.

Trove Recorte-1

TRove REcorte-2

Aquí amplían la noticia, narran pormenorizadamente buena parte de su historia personal, señalando que tenía “formas” atípicas en un machote y lo llaman Fernando Mackenzie.

La curiosidad me puede pero como el inglés no es mi fuerte precisamente, decido investigar por la prensa de letras comprensibles de aquel año y doy con varias referencias en la Hemeroteca Nacional.

Prensa-3

En ésta primer entrega en la lengua de Cervantes (y otros) el policía Fernando es Marquewson de apellido, cocinero (parece que muy bueno) y conocido como “Fernandito”.

Sigamos mirando.

Prensa-1

Prensa-2

Esto se va complicando porque ahora Fernandito es Mac Person de apellido aunque la historia es similar a lo contado antes aunque, nueva sorpresa, estaba casado con otra mujer y tenían dos hijos, fruto cada uno de ellos de maridos anteriores.

Al final del último recorte, se asegura que el Gobernador ordenó abrir una información para “depurar” responsabilidades. Nos tememos lo peor.

Veamos ahora la última versión, la que parece mejor documentada y que atribuye a Fernandito el apellido Marquense.

Prensa-5

Pero la tragedia prometía y llegó porque tamaña afrenta no podía quedar impune.

Prensa-4

Fernanda Marquense, condenada a escarnio público, al hambre y a la caridad de los demás por haber ocultado su sexo durante treinta años a pesar de haber sido una policía ejemplar y magnífica cocinera.

Probablemente, su nuevo sexo condicionó sus antes magníficas relaciones con los vecinos, compañeros de trabajo y jefes. Seguramente.

Y aún le adeudan los haberes de sus últimos tiempos en el cuerpo.

Espero, Fernanda, que te largaras lejos con tu pareja y con tus hijos. Muy lejos.

Cuidaros.

2 comentarios:

Tántalo dijo...

Deberian haberle dado un homenaje publico por el valor y la habilidad demostrada durante tantos años.
Genial Fernando, Fernanda, o como fuese. Gracias por tu ejemplo y gracias Ariza por refrescar esta historia anonima. Un abrazo.

Jose Manuel Ariza dijo...

SAludos.

D. Alex, de nada.

Quizás debí usar otro lenguaje para hacer destacar el valor de ésta mujer y no solo la publicación de los recortes.

Gracias, amigo.

Cuídate.