martes, 7 de febrero de 2012

Y SION SE RIE

 

Saludos.

Túnez abrió la veda y las piezas del dominó han ido cayendo una tras otra sin remedio, con la fatalidad de lo inevitable.

domino

A los tunecinos (que me parecieron los más “abiertos” de todos los países árabes que conozco), le sucedieron los egipcios de mala manera (ahí noté una sociedad mucho más constreñida). El empecinamiento de los dirigentes y su ciega pasión por aferrarse a sus privilegios “obliga” a buscar salidas sangrientas a los desesperados. Habrá ejecuciones para Mubarak y su familia porque querrán ejemplarizar, no nos quepan dudas.

Sión se ríe.

Luego vino Libia. ¿Qué decir del fenómeno Gadafi? La demencia del amigo con petróleo y sus estrecheces de miras al no compartir las inmensas riquezas del crudo con sus gentes (otros ejemplos veremos más pronto que tarde en Suramérica y otros lugares), apenas tardó unos días en ser declarado enemigo porque la moda, las modas de lo que sea, piden e imponen que se “democraticen” les guste o no, sepan lo que hacen o no y, por supuesto, con el modelo único. Ni una sola oportunidad para que busquen sus propios caminos.

Sión se carcajea.

Un amago en Marruecos (donde percibí grandes contrastes entre ultraísmos y aperturas) rápidamente sofocado con astucia por el aprendiz de mago aunque sabe, sabemos, que la bomba lleva retardo. Solo la importancia estratégica del Estrecho de Gibraltar impide que les “exijamos” ésos cambios que pedimos, impúdicos, a otros países. Desde ésta orilla los miramos como si estuvieran en la Polinesia.

Sión contiene la risa.

Y ahora Siria.

Nueva edición de torpeza, de ceguera, de testarudez y de cortedad de miras. Eso acabará mal, muy mal porque a brutos, el pueblo lo es más que nadie. Y habrá mucha sangre. Y terminará con escenas de venganza al modo Gadafi aunque antes debamos presenciar a miles de inocentes desmembrados.

Y Sión se parte de la risa.

En la cola, Jordania, Arabia Saudita (que tardará más porque hay demasiado dinero en juego), Turquía (que recibe un cierto amparo europeo con la eterna promesa de integración), Argelia…

(Nos saltamos al Líbano porque estos vecinos de Israel tendrán paz solo el tiempo que tarden en recomponer, otra vez, su perpetua buena economía. En cuanto levanten de nuevo la cabeza, estallará otro conflicto. Sin solución de continuidad por vivir tan cerca del ojo del huracán)

Y Sion espera, sentado a su puerta, ver pasar los cadáveres de sus vecinos.

Desde que en 1947 Ben Gurión declarara el Estado de Israel (pequeñísimo enclave judío en medio de una océano de árabes), ha visto a cincuenta, sesenta o setenta millones de musulmanes que no se ponían nunca de acuerdo para empujarlos al mar, como prometieron, grandilocuentes y esperpénticos, aquellos días.

Se hizo fuerte, fortísimo (con el fiel, generoso, vergonzante y consistente apoyo de los USA), obtuvo sus armas atómicas, sus escudos anti misiles, un ejército letal, unos servicios secretos como nadie y una diplomacia digna del mejor Vaticano. Es, además, una isla de “democracia” entre tanto régimen feudal, medieval. Una distorsión.

Pero los medios han cambiado a las sociedades. Televisión, teléfonos, internet… al alcance de cualquiera y con millones de oídos y ojos dispuestos a comparar situaciones, a mirarse dentro y verse sus miserias. La pregunta era inevitable: ¿y nosotros por qué no?

Sion de descojona porque los vence dándoles lo mismo que tienen ellos.

Y Sion mira ahora más allá, a la Irán que se esconde tras la defenestrada Iraq porque tiene misiles que pueden llegarle.

La escalada de tensión tendrá momentos álgidos, picos y valles, pero no llegará a más. Es cuestión de tiempo que la pandemia sabiamente sembrada alcance a los iranos y exijan cambios. De la forma que sea (mejor con mucha sangre) porque Sión no tiene prisa.

Sión sabe que el tiempo es suyo, que juega a su favor y duerme el sueño satisfecho tras una buena y copiosa comida.

Eructa Sión mientras le rodea el caos. Y se desternilla de la risa.

Cuidaros.

1 comentario:

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Sr. Anónimo, no sale. Lo siento.

No obstante estoy convencido de que es capaz de proponer aspiraciones más elaboradas, mas complejas.

Tanta candidez no le hace justicia.

¿Displicentes? Debería darse un paseo por los alrededores de Israel para ver cosas verdareamente desagradables.

Las hace Sion, el risueño.

Y ésos estaban allí antes de que les quitaran sus tierras invocando un derecho tan peregrino como falso.

¿Le suena la palabra "holocausto"?

Al palestino me refiero. ¿No le parece displicente?

Cuidese y shalom.