viernes, 13 de mayo de 2011

OTRA FERIA… FUERA

 

Saludos.

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La gente algariva, como yo, prefiere irse lejos de Sevilla cuando llega la Feria y este año no podía ser de otra forma.

Tras esta declaración de un principio (si no os gusta, lo cambio), consciente de que habrá quien ponga el grito en el cielo (un sevillano que no sabe cantar ni bailar y no le gusta la Feria… ¡habráse visto!), y tras contemplar una de las magníficas figuras del mosaico de los bikinis de hace más de dos mil años (en la Villa Romana del Casale, Piazza Armerina), debo, como es costumbre, soltar algunas consideraciones sobre lo vivido.

Me sorprende Sicilia porque en estas fechas está absolutamente exuberante, de un verdor intenso y productivo. Cientos de kilómetros rodeados de campos de cultivo a pleno rendimiento. No se por qué, me había hecho una idea equivocada y pensaba que sería más desértica y seca. Y está muy poblada.

Es una isla muy hermosa, con valles increíbles, costas espectaculares (no era nuestro objetivo buscar las playas) y pueblos y ciudades con muchísima historia. Palacios, casas, iglesias, catedrales… y restos arqueológicos impresionantes.

El teatro griego mejor conservado del mundo, en Siracusa, estaba siendo cubierto para los festivales de verano, con lo que no pudimos apreciarlo en todo su esplendor. Por cierto que elevamos una queja en toda regla al considerar que nos habían timado.

Y el Etna, uno de los puntos fuertes de la visita… cubierto de nubes y lloviznando. Imposible verlo y ni siquiera fotografiarlo desde la distancia. Mal día para subir.

Desde Palermo (vuelo directo desde Sevilla con Racaner), tomamos un coche en el aeropuerto y nos pegamos doce días recorriéndola. 1680 km.

Los hoteles, bien (aunque en general las estrellas son de magnitud diferente a los de por aquí). Buena comida y buena bebida (Marsala produce unos caldos riquísimos), es decir, vacaciones físicas y mentales. Y a vivir.

El tráfico, por cierto, es sencillamente caótico. Eso de las normas de circulación no ha llegado todavía a ésa parte de Europa. Tienen un morro que se lo pisan porque debes andar con veinte ojos: se cuelan, se meten, adelantan de todas las formas imaginables, la línea contínua no sirve, los semáforos tampoco… si superas las primeras horas sin caer en el ataque de nervios, terminas conduciendo como ellos y todos tan felices. Y sobrevives si el destino se alía contigo.

Y la suciedad. Las ciudades están muy, muy sucias. Basuras por todas partes y edificios ruinosos apenas te sales un par de calles de las del centro. Los efectos de los bombardeos de la II Guerra son aún visibles. Hubo muchos momentos en que me recordó a La Habana.

Aunque habíamos leído muchas cosas terribles sobre la seguridad, no hemos tenido ni un solo problema.

No he visitado Corleone, ni Palazzo Adriano (donde se rodaron la mayor parte de las escenas de Cinema Paradiso) y si me he cruzado con algún mafioso, no le he visto la etiqueta.

La gente, como siempre y en todas partes, amable, educada y acogedora.

Gracias sicilianos.

Es, probablemente, el mejor bocado que hemos tomado, pane ca’meusa, y lo hicimos en un tenderete callejero (son pulmón y bazo de ternera). Riquísimo. Gracias Giuseppe.

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La ropa tendida en los balcones, en todos los balcones, en todas las calles, en todas las ciudades grandes y pequeñas.

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El estrecho de Messina. Lo que se ve al fondo es la punta de la bota italiana.

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Uno de los muchísimos callejones encantadores que vimos.

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Y el claustro de la Catedral de Monreale. Impresionante.

En unos días y en http://aconocermundo.blogspot.com/, podréis leer con detalle los pormenores del viaje.

Termino con pesar. Un día cualquiera (el tiempo se dispersa cuando andas de aventuras), llego al hotel por la noche y antes de irme a la cama cansado, intento ver qué está pasando por Sevilla. Solo la RTVE, canal internacional. teletexto, deportes, fútbol, resultados de la Liga BBVA… parpadea uno: primer tiempo, SFC 0-RM 3.

Me voy apesadumbrado a dormir (estuve un buen rato dándole vueltas a lo visto).

Por la mañana muy temprano, un minuto antes de salir, vuelvo a consultar el teletexto.

Y me deprimo para todo el día.

Cosas que pasan.

Cuidaros.

3 comentarios:

Cornelio dijo...

No se deprima don Algarivo, que es para disfrutar su periplo.

Lo de Messina me suena, pero de otra cosa...

Preciosa la primera foto con la señorita con el remolino que le ha tocado en la calle El Infierno.

Enhorabuena.

Tántalo dijo...

Ya está de vuelta el Willy Fog de los Guardianes.

Precisamente en la Feria, la de aqui, estuve hablando largo y tendido con un Siciliano que hice de embajador del sur de italia recomendando su visita obligada por su belleza y desmintiendo lo de la inseguridad.

Curioso que haya sido este tu destino esta vez.

Ya nos contaras más detalles.

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Gracias. D. Cornelio. Fue una depresión pasajera que el tiempo solucionará.

Créame que Messina me trajo esos recuerdos. Sobre todo porque es probable que aún queden evidencias del espanto que se vivió y de que nuestro Equipo puso todo para ayudarles.

Hay unas cuantas más señoritas practicando deportes de playa. Elegí a una y fue la del remolino.

D. Tántalo, sí conocimos de un robo con violencia a tres españolas en Catania. Estuvimos echándoles una mano. Podréis leerlo en el blog de Carmen en poco tiempo. No obstante, nosotros nada, perfecto.

Gracias, amigos.

Cuidaros.