lunes, 9 de junio de 2008

PARA LAURA



Hola, preciosa.

Desde debajo de ése escudo que nos llena, hoy escribo solo para tí.

No nos conocemos y nunca nos hemos visto. Apenas unas fotos para hacernos una idea, apenas unas imágenes para recordarnos y unos rostros quietos.

Con unas frases de teléfono pusimos voces a las imágenes y nos acercanos un poco más.

Pero todo un tiempo de letras.

Meses de mensajes, de frases, de cariño, de amistad...

Laura, querida Laura.

Nos hicimos amigos y eso te ocasinó dolor. Te trajo males que no tenías y sufrimientos nuevos.

Quizás si yo no hubiese estado ahí, tu dolor no hubiera llegado.

Lo siento, Laura.

Pero a pesar de todo, tu amistad me ha mantenido fuerte.

Tú y nuestros otros amigos, me habéis dado fuerzas y la confianza suficiente para creer en vosotros.

Tú, especialmente, me has hecho sentir que nunca debemos rendirnos.

Gracias, Laura.

Y gracias por ser la tromba de frescura que entró en nuestro pequeño club. Gracias porque un vendaval de alegría nos barrió el corazón, llevándose los malos humos.

Gracias porque tu imaginación nos deja pasmados y nos trasnporta por mundos emocionantes.

Gracias por ser tú, pese a todo y a todos.

Gracias, Laura.

¿Cuántos besos nos debemos?

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